Todos, o casi todos, conocemos el origen de esta maniática disputa, más propia de dos niños de colegio que de personas adultas en su sano juicio. Esta pelea de párvulos que se remonta a tiempos ya bastante remotos nos ha llevado a canariones y chicharreros a pelearnos incluso por saber cuál es la Virgen de la Diócesis de Canarias. La verdad es que resulta divertido y vergonzoso por partes iguales que incluso los curas se peleen por estas cosas.
Pero sinceramente, el por qué o no por qué de todo me la trae floja. El problema es que este rifi-rafe constitucional ha ido en estas últimas fechas demasiado lejos, por culpa de un diario de tirada “local” (El Día), y su “director”, un señor que parece tener algún tipo de problema con nuestra Gran Canaria (lo recordarán de cuando dijo que nuestra isla debería llamarse solo “Canaria”…), y del que no quiero ni saber el nombre. No se merece tanto.
El problema se encuentra en que parece ser que el susodicho ha dejado entrever en editoriales del citado panfleto que la tragedia de Barajas, la cuál solo puede ser denominada como tragedia con todas y cada una de las letras, ha favorecido al turismo de Gran Canaria, que ha sido utilizada publicitariamente por el Cabildo Insular, ya que el nombre de nuestra isla ha salido en todos los medios de comunicación. Lo peor de todo es que cierta gente que lee esta clase de bazofia, antigua voz del gobierno nacional de Franco, parece estar totalmente de acuerdo con que la muerte de 154 personas ha sido un reclamo turístico para Gran Canaria. Es más, se permiten el lujo de comparar desastres aéreos con el fin de ver en cuál hubo más muertos.
¡Por favor, señores! ¡Esto clama al cielo! ¡Hablamos de cientos de familias que han quedado destrozadas sin remedio como si fueran moneda de cambio!
Debería estar penado por la Ley y con severas condenas alimentar de esta forma las llamas del odio entre la población.
Con la mejor baza que jugamos es con el desprecio y el desplante. ¡Ignoremos esta publicación!, y dejemos que se pudran entre sus propias heces. Ya contamos con amigos en Tenerife, como el señor Domingo Garí, profesor de la U.L.L., que ha sido el primero en alzar la voz en la web Canaria-Semanal, y que promueven también la eliminación de ruinas del pasado, como este periódico de poca monta, abogando por la convivencia tranquila entre vecinos, como somos los tinerfeños y los grancanarios, canarios todos.
No se puede jugar con las vidas de las personas. No tenemos ningún tipo de derecho sobre nadie que no seamos nosotros mismos. No podemos odiar con tanta saña a un grupo de gente, sea por raza, religión, o país o isla de origen.
Pero sinceramente, el por qué o no por qué de todo me la trae floja. El problema es que este rifi-rafe constitucional ha ido en estas últimas fechas demasiado lejos, por culpa de un diario de tirada “local” (El Día), y su “director”, un señor que parece tener algún tipo de problema con nuestra Gran Canaria (lo recordarán de cuando dijo que nuestra isla debería llamarse solo “Canaria”…), y del que no quiero ni saber el nombre. No se merece tanto.
El problema se encuentra en que parece ser que el susodicho ha dejado entrever en editoriales del citado panfleto que la tragedia de Barajas, la cuál solo puede ser denominada como tragedia con todas y cada una de las letras, ha favorecido al turismo de Gran Canaria, que ha sido utilizada publicitariamente por el Cabildo Insular, ya que el nombre de nuestra isla ha salido en todos los medios de comunicación. Lo peor de todo es que cierta gente que lee esta clase de bazofia, antigua voz del gobierno nacional de Franco, parece estar totalmente de acuerdo con que la muerte de 154 personas ha sido un reclamo turístico para Gran Canaria. Es más, se permiten el lujo de comparar desastres aéreos con el fin de ver en cuál hubo más muertos.
¡Por favor, señores! ¡Esto clama al cielo! ¡Hablamos de cientos de familias que han quedado destrozadas sin remedio como si fueran moneda de cambio!
Debería estar penado por la Ley y con severas condenas alimentar de esta forma las llamas del odio entre la población.
Con la mejor baza que jugamos es con el desprecio y el desplante. ¡Ignoremos esta publicación!, y dejemos que se pudran entre sus propias heces. Ya contamos con amigos en Tenerife, como el señor Domingo Garí, profesor de la U.L.L., que ha sido el primero en alzar la voz en la web Canaria-Semanal, y que promueven también la eliminación de ruinas del pasado, como este periódico de poca monta, abogando por la convivencia tranquila entre vecinos, como somos los tinerfeños y los grancanarios, canarios todos.
No se puede jugar con las vidas de las personas. No tenemos ningún tipo de derecho sobre nadie que no seamos nosotros mismos. No podemos odiar con tanta saña a un grupo de gente, sea por raza, religión, o país o isla de origen.
Estos son todos dinosaurios antediluvianos a los que les queda medio telediario y una publicidad sobre condones, y que no merece la pena tener en cuenta. El problema radica en que hacen que esta sociedad, tan necesitada de cambios urgentes a todos los niveles, cuente con un cáncer más.
Ahí queda eso.
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