Juan José Toledo BayónEn una democracia, todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones libremente, tanto las personas como las asociaciones, sean del tipo que sean; la iglesia católica también. Y lo hace. Ante cada convocatoria electoral, cada vez de forma más contundente y con menos reparos (por algo será) la Conferencia Episcopal Española se posiciona con las ideas de quien le apetece y ya hace meses que sabemos con las de quienes. En las primeras convocatorias electorales de nuestra aún joven democracia, cuando el cardenal Enrique Tarancón era el presidente de los obispos, la situación era bien diferente, apoyando siempre la reconciliación y el entendimiento. Es evidente que ni las personas, ni las ideas son las mismas. Ellos sabrán en que lugar quedan ante los no creyentes y, sobre todo, ante los muchos cristianos que sabemos tienen ideas bien diferentes a las de la jerarquía y que militan en partidos políticos diversos y dispersos por toda la geografía estatal. Sólo una reflexión y un modestísimo contrapunto que ni siquiera queremos concretar.
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